viernes, 20 de julio de 2012

Tiempo perdido

Llega un momento, en que el todos oramos; pero hay otro, diferente, en el que lo hacemos en voz alta.

Y entonces, das cuenta que eres demasiado viejo o que tus ojos han mirando muchos amaneceres en vilo, con la esperanza de encontrar la respuesta al sosiego.

En otras ocasiones, solo es la oportunidad de mirar atrás y reconocer tus errores, aún cuando quizá es demasiado tarde; pero es privilegio de los más enterados poder entender la relación de todos los eventos y encontrar aquellos que fueron decisivos. Aquellos que nos marcaron por los días, semanas, meses y años que prosiguieron.

Luego de mucho pensar, se puede llegar a ellos. Pero nunca se puede regresar atrás; al menos no ahora.

En entonces, que comenzamos a orar.

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