El llavero metálico es importado, tiene la bandera de otro país.
Es el principal testigo de los cambios que han ocurrido en las últimas semanas y meses. Ahora luce nuevas llaves. Que abren la misma puerta, pero será con menos frecuencia.
Decir que los cambios son buenos o malos, es menos obvio que saber que siempre ocurren. Algunos -como la vida y la muerte- son menos evidentes pero no por ello deben tener un calificativo binario.
Cuanto tuve mi primer juego de llaves, era mucho más sencillo y únicamente eran dos. Tampoco sé por qué me dieron uno si en aquellas fechas todavía había alguien en casa esperando. Supongo que tuvo que con la merma de las habilidades de mi viejita. No lo recuerdo bien; Pero estoy cierto que no tenía un llavero como tal. Era la simple argolla que te da el buen cerrajero luego de hacer una copia simple.
Una de las puertas a abrir, ha cambiado completamente; la otra sólo de color pero la cerradura apenas cambió hace un par de semanas. Las llaves también han cambiado. El ropero de mi viejita tenía una cerradura simple y una llave de fierro. Era grande, con solo un diente que permitía cerrar o abrir sin más. Tenía tres ojuelos como mariposa, que al pasar del tiempo se había llenado de óxido que tornó negro para dar ese olor característico a las cosas viejas. Luego vinieron las de latón natural y recubiertas para que no se oxiden tan rápido.
Luego vinieron los identificadores plástificados de colores. O las llaves que tienen decoración vinílica. Están las llaves de "Duplicación restringida" cuya copia sale incluso más cara que algunas cerraduras y finalmente la de RFID todas de plástico.
Más llaves, nuevas formas, olores y colores.
¿Quién se ha quedado con la llave que abre tu mente? ¿Cuál es tu llave más vieja?